viernes, julio 31, 2009

Brígida y Abdón VI

Huelo tu olor en tu cuello, el que paso a llevar con mi nariz suavemente. Estás durmiendo y me das la espalda. Lo último que dijiste fue que no te gustaba el tagadá porque te dolía el poto con los golpes, que preferías una cama elástica.

Huelo tu pelo y me acuerdo de cuando estábamos haciendo la fila para entrar a ver Indiana Jones IV.

-¿qué hora es?-
-son las cinco-

Vuelves a dormir. Creo que debería hacer lo mismo, pero a veces no decir las cosas te quita el sueño. Tengo algo que decirte, pero estás tan cansada despues de las 15 vueltas que le dimos a la plaza con tu plan de "vida deportiva" que se te ocurrió ayer, despues de fumarte una cajetilla entera.

De hecho, la ropa que está ahí en la silla todavía tiene olor a cigarro.

-oye-
-¿qué?-
-¿la otra semana no es tu cumpleaños?-
-sipos, el catorce-
-¿y qué vamos a hacer?-
-no sé, eso tú lo tienes que ver, yo soy el cumpleañero-
-mmm...-
-tenís rojo abajo de la oreja-
-mm sí, me pica-

Te empiezas a rascar donde tienes picazón. Yo te doy un beso ahí.

-hay una película donde hay un gusano gigante que come números-
-yaa-
-cómo se llama, es antigua-
-ni idea-
-tienes las manos heladas-
-amm pucha-
-no importa....quiero verla otra vez-
-¿pero no te acordai del nombre?-
-te dije que no, puta, me carga no recordar algo-
-sí sé-

Te das vuelta y me abrazas. Hay un silencio de 10 segundos. Lo sé porque me puse a contar.

-hay algo que quiero decirte-
-dime po, parece que yo también-
-ya, tú primero-
-nopos, tú me dijiste primero, pilla-
-es que...-

Ahora pasan 12 segundos antes de que interrumpas mi cuenta.

-mañana te lo digo mejor-
-mmmm...-
-es que mañana es viernes y me gusta decirte cosas los viernes-
-bueno, mañana te digo lo que te quiero decir también-
-okei...pero me lo dices-
-sipos-
-que tú nunca me dices las cosas-
-tú eres la sorda que no me escucha-
-ajaja-

Tus dedos en mi espalda hacen un círculo o un espiral, quizás escribes algo, quizás dibujas algo. Yo hace rato estoy pegado con un rulo que se forma delante de tu oreja.


-TILLO-
Viernes, 31 de julio de 2009 (17:05:21)
Brígida y Abdón V

Recuerdo hoy en la tarde cuando llamé a tu casa y me contestó tu mamá. Me dijo que estabas durmiendo, que tuviste un pésimo día y que te dolía la cabeza. No te quise molestar llamando a tu celular, y hasta ahora que van a ser las doce y media de la noche no he sabido nada de ti. No te conectaste al msn. Te escribí un correo reponedor de ánimos de esos con que me gusta invadir tu bandeja de entrada.

El plan para hoy era sacarle punta a todos esos lápices viejos que tengo repartidos en 6 estuches distintos. Me creerás que no toqué un sólo lapiz, porque nuestras "tareas" son sagradas y de ambos. Nunca pasaría por sobre esa regla que tú inventaste.

No sabía qué hacer hoy por la tarde, así que inventé un juego de dados y fichas. Sé que te va a encantar. Es con puntajes y muchas sorpresas.

Fui al refrigerador y vi que todavía nos queda helado. Me dieron ganas de comer pero no quise hacerlo solo. Volví a mi pieza. Dormí una hora que me pareció eterna. Soñé que estaba en la guerra.

Piloteaba un avión que dejaba una estela verde. En los controles tenía teclas de piano que se prendían de rojo al tocarlas. Iban otros aviones a mi lado y yo escuchaba las órdenes por un parlante rojo con forma de manzana. De pronto, veo unos puntos que se acercan en el horizonte.

Por el parlante escucho a alguien decir que son nuestros enemigos y que hay que derribarlos cueste lo que cueste. Pero yo no sé cómo disparar. Abro un cajón (sí, así como de mueble) y encuentro un libro que dice "Manual del aviador" y al lado una pistola con una tarjeta de navidad amarrada a ella. La leo: "En caso de pánico presione el gatillo sin miedo. Feliz navidad".

Tomo el manual y lo hojeo. En una página y con tipografía Impact advierte: "si lee el manual mientras vuela presione el botón de píloto automático". Busco en el panel de control y encuentro un botón, pero de esos de ropa. Lo presiono y una voz de robot femenino dice "píloto automático activado".

Miro el índice del manual y voy al capítulo de "Cómo destruir a su enemigo en 15 pasos". Hay unos dibujos muy raros y no entiendo mucho. De pronto, miro afuera y mis compañeros aviadores ya están disparando a sus contrincantes. Veo mi horizonte y un avión se dirije hacia el mío. La nave enemiga viene dejando una estela morada. Yo me acuerdo de ti y tengo un extraño presentimiento de que tú estás en ese avión. Vienes directo hacia mí y vamos a estrellarnos. No encuentro los controles de ataque, aun queda la posibilidad de que el píloto no seas tú, pero ya estoy casi seguro de que sí lo eres. Cuando intento mover el volante recuerdo que está en automático y no puedo darle dirección a mi nave. Presiono el botón con forma de botón de ropa, éste se desprende y se queda pegado en mi dedo. La voz robótica me dice "felicidades, ahora pide un deseo".

Empecé a desear que fueras tú, que fueras tú.
El avión está más cerca y de pronto se eleva y pasa por sobre mi cabina dejando frente a mí una nube morada. Cuando el humo se desvanece veo a lo lejos al avión del humo violeta que dibuja un corazón en el cielo. La voz de robot me dice "vamos directo a ese corazón". Mi nave cambia la dirección para atravesar el corazón justo en el medio. Despierto.

Sentía mucho frío pero tranquilidad al mismo tiempo. Pensé que estabas mejor, descansando y que te haría bien dormir y no pensar en nada.

Ahora, son las una de la mañana y vibra mi celular. Es un mensaje tuyo. Leo: "me duele la wata y la cabeza, quiero tus cariños, buenas noches". Suspiro. Dejo los estuches en su lugar.


-TILLO-
Jueves, 30 de julio de 2009 (21:58:23)