sábado, agosto 08, 2009

Brígida y Abdón XIV

Cuento en mi mente las letras de la palabra "escondido". Me miras y hoy parece que el concepto es "quedarse callado". Ambos no hablamos nada, ni siquera alguna de las estupideces que nos encanta conversar.

Hoy quisiera hablarte sobre tubos de escape, sobre la sopa helada, sobre qué ves tú en el lunar que tengo en mi muñeca, sobre las canciones que podría hacer golpeando botellas de plástico, sobre cómo me gusta apretujar las flores en las tiendas de flores, sóbre lo linda que es tu nariz, sobre las veces que me dejo de comer las uñas, sobre la guitarra que algún día romperé en un escenario, sobre lo suave que es pasar mis dedos por tu cuello.

Me gustaría conversarte sobre lo feas que son las enaguas, sobre la versión que yo tengo del 21 de mayo, sobre una clave que me acuerdo del Donkey Kong II, sobre unos teléfonos de vasos que quería poner desde mi casa a la tuya, sobre una chimenea que estaba pensando construir en medio del parque.

Pienso mucho. Pienso en todo lo que podríamos conversar, pero hoy tú dibujas. Y no dibujas tan mal como dices. Me gusta cuando dibujas. Sé te sale lo artista oye. jajaja y sé como odias esa palabra. Yo que menciono que quiero estudiar arte y tú que te pones tan grave.

Me acuesto a tu lado, pero te doy la espalda.

-tengo sueñito- advierto.

Dejas las cosas en el suelo y te acuestas a mi lado. Me abrazas con ternura. Siento tu boca depositada en mi cuello. Así como arrojada al vacío.

Pienso en que te podría contar sobre las constelaciones que he descubierto en el cielo, sobre las dos veces que he llorado con el Rey León II, sobre las últimas poesías de mi mami, sobre el contrabajo que vi en una tienda y que quise robar.

Tu mano busca la mía y la encuentra. Entrelazamos dedos. Tu pulgar se desliza sobre mi piel y traza un camino de ida y vuelta. Tus labios se mueven cerca de mi oreja. Creo que ya no estoy pensando precisamente en contarte cosas. Creo que de sólo pensarlo me hace sentir un calor.

Cuento en mi mente las letras de nuestros nombres. 5 el tuyo, 7 el mío. Ambos son números primos.

Me duermo. Por fin me duermo junto a ti. Hoy me haces sentir tan bien y se me han pasado todos los miedos. No te tengo más miedo. Sólo sé que me quieres y punto. No hay más de qué preocuparse. Tomas aire. Creo que vas a decir algo.

-estaba pensando que tu nombre tiene siete letras y el mío cinco-
-¿en serio?-
-sí, y los dos son primos-
-bacán, somos primos-
-jajaja, no-

Me encanta cuando suceden esas cosas. Uno de los dos piensa en algo y el otro despues también lo piensa, o a veces al mismo tiempo. Sucede siempre. Es tan mágico. ¿En qué ira?

-TILLO-
Sábado, 08 de agosto de 2009 (03:54:45)