jueves, enero 26, 2012


Cómo será

Cómo escribirte,
O describirte,
Cómo intentarlo sin los no-lugares-comunes
Cómo es posible que a mi lado*.

Tus (en)cantos dan la tregua
Necesaria y todos los emblemas menores
Son apuntados con tu ojo-cámara-impenetrable
Yo te apunto directo a la garganta.

Cómo decirlo,
Como todos lo dicen, nada más,
Como el cielo se enrosca con el volar
De la punta de tus pelos.
Yo los apunto directo a mi garganta.

Cómo escribirte,
Si nada de esto será lo
Que yo pensaba decirte
Y nada de esto es lo
Que tu cámara fue a revelar.
Martes, 17 de enero de 2012 (15:48:47)

martes, enero 10, 2012

Beginners


Este no es un blog de reseñas cinematográficas, pero acabo de ver Beginners y me recordó tanto a mí,
a "Brígida y Abdón" y a cada uno de los versos que acá en mi blog  pueden encontrar.

Porque claro, es una película romántica, pero ojo, es más que eso. La trama funciona a través de dos finas líneas dramáticas, pero acá sólo hablaré de la que involucra a Oliver (Ewan Mcgregor) con Anna (Mélanie Laurent). Dos desconocidos que se topan en una fiesta, a la cual probablemente nunca hubieran ido. ¿Destinos? ¿casualidades? ¿qué une a las personas?

Ella le pregunta "¿por qué viniste a la fiesta si estás triste?". Es un hecho; hay personas tristes en este mundo y Oliver es uno de ellos. Por ahí me dijeron que yo tenía una mirada de pena, y pensándolo bien, me considero alguien atraído por la tristeza, lo cual no tiene nada que ver con ser melodramático. Lo que pasa es que, por ejemplo, al buscar música, caigo en las mismas canciones melancólicas de siempre, tal como Oliver cae en las mismas frases tristes que le adjunta a sus dibujos tristes. Así que tal como él lo plantea en la propuesta gráfica que hace para una banda (the sads), la tristeza tiene toda una línea de tiempo en la humanidad.

En la fiesta, Oliver invita a Anna a la pista de baile y finalmente le pide un número telefónico. De ahí, todo lo que pasa puede o no haber sucedido en sus vidas, todo dependió de las decisiones e impulsos que siguieron. ¿Cuántas veces nos hemos visto enfrentados a la aventura de conocer a alguien? o ¿cuántas de esas veces el llamado a la aventura ha sido lo suficientemente atractivo como para dejar jugar el azar?

Curiosamente, Anna es la que dio todos los primeros pasos, ella es la primera en interactuar con él, ella lo llama, ella lo invita a su casa. Oliver no se niega, no es tonto, la chica es adorable. Anna lo acaricia, Anna lo besa, Anna le dice si pueden sólo dormir esa noche. Anna es la última en presentarse.

Cuando termina esta "primera cita", Oliver vuelve a su mundo normal y no le queda otra más que pensar en ella, su amigo lo sabe y se lo dice. Pero no es necesario ser su amigo para saberlo; cuando conoces a alguien tan especial no te queda otra que depender de ella. ¿Podemos llamar "enamorsarse" a este paso? o es simplemente una obsesión casi adolescente.

Oliver y Anna se vuelven a ver y todo sigue como una avalancha que cae veloz y lista para el destrozo final. Y es que Arthur (su fiel perro) se lo dice: "sabíamos que no iba a resultar, incluso antes de conocerla". Oliver está predispuesto al fracaso en el amor; fracasos ocasionados por él. Aquí es donde se abre la retropectiva del personaje de Ewan Mcgregor, donde se explica esta predisposición al fracaso mediante la extraña y curiosa relación de sus padres.

De todas formas, Oliver y Anna tienen algo en común: ambos abandonan a la gente que quieren, por eso ninguno tiene relaciones sentimentales duraderas. Me parece que no es un abandono como tal, siento que muchas veces las circunstancias los hacen separarse de sus parejas, si al final de cuentas, lo único que quieren es estar con esa "persona especial". Ahí entonces es cuando se preguntan si el otro es lo sumamente especial como para darse una nueva oportunidad tras el primer quiebre de la "relación". Oliver entiende que Anna puede ser la aventura definitiva (ella le pregunta "¿quieres estar con esta chica rara?"), ella es la chica rara que necesita, que todos necesitamos.

Finalmente, y a modo spoiler, Oliver y Anna se reencuentran sin saber qué hacer, sin saber cómo funciona esta segunda oportunidad en sus vidas. Son principiantes en relaciones sentimentales, son principiantes en la vida, se acercan a los 40 años y son humanos principiantes, y quién no lo es. El que tenga menos de 40 años y tenga clara la película que me la cuente ahora, porque en verdad estoy seguro que somos todos unos novatos, unos principiantes intentando aprender a vivir.

lunes, enero 09, 2012

Hojas al Viento

Se pueden ver,
y se dejan ver,
los entusiasmos son distintos,
depende del ojo con que se miren.

Cuando me besabas
veía las hojas al viento,
los entusiasmos que eran distintos,
depende de cómo los pelos se enreden.

Lunes, 09 de enero de 2012 (02:00:47)